11 de mayo: Esteban Velázquez sj cuenta el intenso trabajo de apoyo al migrante que se realiza en Nador

Jue, 12/05/2016 - 16:24
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12/05/2016
Puerta de la entrada principal del Hospital Real

El miércoles 11 de mayo de 2016 ha tenido lugar en el Salón de Grados de la Facultad de Ciencias la conferencia titulada “La misericordia vivida: experiencias y reflexiones desde la frontera Nador-Melilla”, a cargo de Esteban Velázquez Guerra

La conferencia de Esteban Velázquez sj, ha resultado tan interesante como el trabajo que realizan el equipo de la delegación de migraciones del arzobispado de Tánger en Nador. La conferencia fue dividida en tres partes.

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La primera ha consistido en una introducción filosófico-teológica al tema del sufrimiento y de la misericordia, para destacar la importancia del “desde” y de que el hombre de acción debe ser también hombre intelectual. Ha mencionado, entre otros, a Johann B. Metz, Theodor Adorno o Ignacio Ellacuría por la importancia que daban al sufrimiento para llegar a la verdad. También ha destacado el pensamiento sobre la misericordia de Jon Sobrino y sobre la piedad de María Zambrano y las declaraciones del papa Francisco en Juárez, ciudad en la frontera con EE. UU., sobre la necesidad de mirar el fenómeno global de las migraciones forzadas no como cifras sino como historias y nombres de familias que sufren.

La segunda parte la ha dedicado a exponer la realidad de las migraciones en Nador y el trabajo que realiza el equipo de la delegación de migraciones del arzobispado de Tánger en Nador. Esteban Jiménez, sacerdote jesuita, ha sido el responsable de este equipo de 9 españoles, hasta que a primeros de año las autoridades marroquíes le denegaron la entrada a Nador. Los migrantes asentados en los alrededores de Nador son mayoritariamente subsaharianos. Los del monte Gurugú, en su mayoría hombres, intentan atravesar la valla en la frontera con Melilla. Los asentados al otro lado de Nador intentan cruzar a costa española en barcas zodiac y entre ellos hay bastantes mujeres nigerianas. El trabajo que el equipo de migraciones realiza financiado en su mayor parte por Suiza, se centra en cuatro objetivos relacionados con la salud: (1) acompañamiento en el proceso de traslado desde los montes, con apoyo psicológico, lingüístico y suministro farmacéutico, atendiendo a los que no logran pasar la valla; (2) servicio de urgencias; (3) distribución de material básico y (4) sensibilización sobre problemas graves de salud como el sida. Destacó el comunicado elaborado entre los obispos de Tánger y Rabat y algunas ONGs a las autoridades relacionado con las migraciones pidiendo que paren la violencia, los desplazamientos forzosos y las devoluciones en caliente (por parte de España) y pidiendo observadores internacionales. También denunció que la ley de refugiados no se aplica a los subsaharianos.

En la última parte realizó algunas reflexiones, como la necesidad de combinar la acción humanitaria, urgente, con los cambios estructurales y la necesidad de mayor cooperación internacional en temas de justicia por los derechos y de seguridad de los migrantes. Destacó también que apenas se realiza trabajo interreligioso en esta zona del Mediterráneo y terminó con un pensamiento de George Steiner: “Somos invitados de la vida ... ¡En este pequeño planeta en peligro debemos ser huéspedes! ... La palabra huésped denota tanto a quien acoge como a quien es acogido. Es un término milagroso. ¡Es ambas cosas!”