El 24 de abril terminó el ciclo "A los 500 años de la Reforma protestante: historia y perspectivas"

Lun, 03/04/2017 - 20:35
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03/04/2017
Patio del Hospital Real con Cipreses

Finalizó con la conferencia titulada “La iglesia que Lutero quería”, a cargo del profesor de Eclesiología de la Facultad de Teología, Diego Molina Molina.

El lunes 24 de abril ha tenido lugar la última charla del ciclo ”A los 500 años de la Reforma protestante”, titulada ”La Iglesia que Lutero quería”.

Inició la sesión Serafín Béjar, profesor de la Facultad de Teología de Granada y miembro del consejo de la Cátedra de Teología que presentó la conferencia y al conferenciante, Diego Molina Molina, profesor de Eclesiología de la Facultad de Teología de Granada y rector de la misma, del que dijo que es también miembro de un grupo de investigación sobre espiritualidad ignaciana con miembros de distintos lugares de España.

El profesor Molina dividió la conferencia en tres partes:

Precendentes de la Reforma

El hecho de que Lutero clavara, si las clavó, las 95 tesis denunciando la cuestión de las indulgencias y los excesos de la Iglesia no explican el fenómeno de la Reforma.

Hay 3 hechos que deben destacarse entre sus precedentes:

  • Incoformismo medieval.- Antes hubo otros movimientos, laicos sobre todo, y espirituales que criticaron los excesos y lucha por el poder de la jerarquía de la Iglesia, pero no llegaron a proliferar. Destacaron especialmente John Wyclif en Inglaterra y Jan Huss en Bohemia, ambos en el S. XIV. Wyclif atacó las pretensiones temporales del clero. Concibe además la Iglesia sólo en su dimensión espiritual, como congregación de todos los predestinados. Los reprobados o no predestinados no pueden ser miembros de ella. Para distiguirlos apela a un sexto sentido de los creyentes. Como el papa podría ser reprobado no podría ser jefe de la Iglesia, llamándolo anticristo. Sólo sería aceptable un papa pobre. Hus, siendo bastante más moderado tuvo menos suerte y fue quemado en la hoguera (Concilio de Constanza) sólo por su noción de la Iglesia, aun cuando ese mismo concilio defendió la primacía del mismo sobre el Papado. Sus seguidores, los husitas, se hiceron más extremistas.
  • Escisión Oriente-Occidente.- Decía el teólogo Yves Kongar (1951) que quizás sin el Gran Cisma la Reforma no habría tenido lugar.
  • La cuestionable “tan cristiana” Edad media.- Según algunos teólogos franceses, las causas de la Reforma fueron religiosas más que morales. Lutero parece darles la razón pues escribió que lo peor del clero no eran sus abusos sino las deficiencias en la proclamación de la palabra de Dios y en la administración de los sacramentos. El profesor Molina piensa que la Reforma daba sobre todo una respuesta a las nuevas necesidades de las personas del S. XVI, transformadas por los nuevos oficios de la burguesía y que se tenía que producir.

La Iglesia de Lutero

Lo fundamental para Lutero no era la Eclesiología sino la respuesta a la pregunta ¿cómo puedo yo ser salvo? o ¿cómo puedo yo ser agradable a los ojos de Dios?. Hoy seguimos viviendo en el mérito y preguntándonos qué nos hace valiosos. Lutero subrayó la idea paulina de que Jesucristo es el único mediador de la gracia de Dios, única fuente de salvación. Pero a la vez defendió una relación mucho más directa con Dios rechazando cualquier otra mediación, con los conocidos solos: sola Scriptura. solus Christus, sola fide, sola gratia y sola Dei gloria. Realmente no es cierto que rechacen todas las mediaciones visibles, pues aceptan por ejemplo la mediación del evangelio y la de la estructura de la Iglesia de la que se sirve Dios para dar continuidad a la misma. Proponía una Iglesia con distintas características. Algunas de ellas no específicas de Lutero, como la de que no se cometiesen abusos, pedido también desde dentro de la Iglesia, como por ejemplo así lo hicieron Erasmo de Rotterdam e Ignacio de Loyola o de sujetarse al Evangelio como forma de entender nuestra realidad. Otras características sí eran específicas de él y lo alejaban de lo común dentro de la Iglesia católica:

  • Iglesia cuya razón de ser es predicar el evangelio, según un modelo profético, frente a más habitual modelo sacramental centrado en la celebración. Como hacía una clara separación entre Iglesia visible y espiritual, algo contrario al dogma católico que cree en la inseparabilidad de ambas dimensiones, y consideraba que la primera no podía transmitir ninguna gracia, sólo podía limitarse a predicar la gracia de Cristo que nos perdona los pecados
  • Iglesia donde todos son iguales, considerando el sacerdocio no como sacramento sino como mera función. Sin embargo la ordenación sacerdotal , sin llegar a ser sacramento, la restablecieron muy pronto (confesión de Augsburgo, 1531).

Pinceladas ecuménicas

El profesor Molina destacó la evolución en el ecumenismo que se está produciendo poco a poco. En concreto destacó la celebración conjunta de los 500 años de la Reforma con la visita del Papa a Lundt (Suecia) en octubre de 2016. Tres aspectos son importantes en el diaĺogo ecuménico: a) Mediaciones.- Hay acuerdo en que no son prescindibles pero discrepancias en la forma de administrarlas. Los protestantes las rechazan como paso para llegar a Dios b) Iglesia.- Aun hay discrepancias en cuanto a la separación que hace el protestantismo entre Iglesia visible e invisible que no acepta el catolicismo c) Ministerio episcopal.- La discrepancia mayor se refiere a la no aceptación de la sucesión apostólica “jurídica” como criterio de apostolicidad, aceptando sólo la proclamación del evangelio como criterio. La Iglesia católica acepta lo segundo pero también lo primero. El profesor Molina defendió su opinión de que profundizar en este aspecto puede determinar el acercamiento en la doctrina de la Iglesia.

Turno de preguntas

Terminó la conferencia con tres preguntas. La primera, sobre la relación con Erasmo de Rotterdam fue brevemente contestado por el profesor Molina, pues fue un tema ya tratado en la primera conferencia del ciclo, que ambos coincidían en la necesidad de reforma y la conciencia clara de los abusos del clero y en su concepción renacentista. Una segunda pregunta pedía aclaración de una de las diapositivas. El profesor Molina aclaró que el protestantismo destaca que es Dios quien nos hace valiosos, y eso nunca debemos olvidarlo como católicos. Por último se preguntó si en Alemania y otros países cercanos la crisis religiosa y de vocaciones afecta de forma distinta a protestantes y a católicos. El profesor Molina respondió que atendiendo al dato objetivo del impuesto que allí se paga para mantener a la iglesia en ambas va disminuyendo en proporciones parecidas. Lo mismo opinaba en cuanto la ministerio, alegando como razones la disminución de la fe y la impopularidad social del clero. Terminó diciendo que, sobre todo desde que los matrimonios entre las dos confesiones están considerados equivalentes a los uniconfesionales, el laicado apenas da importancia a las diferencias entre las confesiones y los avances ecuménicos llevados a cabo sobre todo gracias al trabajo de los ministros y de los teólogos.

Cerró la conferencia y también el ciclo y las conferencias de la Cátedra para este curso el profesor Béjar.



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