Iniciado el ciclo sobre Teología e infancia en la Cátedra de Teología de la UGR

Sáb, 08/02/2020 - 18:27
0
08/02/2020
Patio del Hospital Real con fuente en el centro y puerta al fondo, a modo de ráfaga, una persona está pasando por la puerta

El ciclo comenzó en la tarde del lunes 17 de febrero, con una conferencia de la profesora Ianire Angulo, profesora de Sagrada Escritura de la Facultad de Teología de Granada, titulada “Los niños en la Biblia ... o cómo no ser nadie y no morir en el intento”.

RESUMEN DE LA CONFERENCIA

+ LINK: Descargar audio de la conferencia. -> /catedrateologia/documentos/curso2019_2020/_media/ianireangulo2020

Presenta el nuevo ciclo sobre Teología e Infancia “Si no os hacéis como niños” el director de la Cátedra, el profesor Serafín Béjar, quien comenta que, desde la Cátedra de Teología les parecía que lo frágil y en concreto la infancia, debía tener un espacio en ella, en especial después de los escándalos que han ocurrido dentro y fuera de la Iglesia. Estos acontecimientos ponen de manifiesto hasta qué punto se han descuidado los derechos de los niños. El ciclo pretende reflexionar sobre la vulnerabilidad de los más pequeños. Continúa presentando las 4 conferencias que formarán parte del ciclo. Y después presenta la conferencia actual y a su ponente, Ianire Angulo, licenciada en Ciencias Eclesiásticas en la Facultad de Teología de Granada, que hizo su tesis en Sagrada Escritura en l Universidad Pontificia de Comillas y en la actualidad es profesora de la Facultad de Teología de Granada.

Imagen eliminada.

Toma la palabra Ianire Angulo, recordando que también en la Cátedra de Teología habló sobre las mujeres en la Biblia y encuentra relación entre ambas conferencias, por ser dos grupos humanos que no se tienen muy en cuenta en las Escrituras. Con las mujeres trató de recuperar personajes bíblicos. Con los niños es mucho más complicado, pues en el Antiguo Testamento no tienen identidad propia. Hoy hay más sensibilidad hacia los niños y debemos no aplicar nuestros criterios a un texto tan antiguo. Hace relativamente muy poco tiempo, en 1958, que se proclamaron los derechos del niño. Contrasta con lo que ocurría no mucho antes, por ejemplo, en la revolución industrial, y mucho más en la Edad Media. Sin embargo, el considerar a todos los seres humanos como dignos y valiosos, hunde sus raíces en la Biblia.

En el Antiguo Testamento, los niños no tienen identidad propia, una razón era su altísima mortalidad infantil. En la antigüedad, casi ⅓ de niños morían antes de los 6 meses, y en torno al 50% antes de los 15 años. Por ello la infancia era un tiempo de prueba, a la espera de si llegarían o no a la edad adulta (en Nm 1,18 se describe que se hacía un censo con personas de sólo de 20 años para arriba). Con todo, la infancia era un motivo de esperanza, pues representaba la continuidad de la familia, en una época en la que no se creía en le Resurrección (esta creencia aparece muy al final en el Antiguo Testamento). Los hijos son la garantía de que el padre de familia será recordado. La mujer era valiosa en la medida que podía engendrar. El mayor drama es la esterilidad (Gn 30,1-2). Los hijos eran también una bendición económica, pues cuidarían de los padres ancianos.

Los términos que se usan para referirse a los niños a veces no son muy claros, pues se refieren no sólo a edad sino a autoridad. En el caso de las mujeres los términos se refieren a su condición de poder casarse o estar casada. Hay dos términos que se emplean con más frecuencia para hablar de niños naar (niño, joven, criado), jalar (el engendrado). Con este segundo término se hace muy evidente que carecen de identidad propia. No debe llamar mucho la atención porque en la Antigüedad no había identidad personal sino grupal. Por eso tampoco los adultos tienen identidad personal.

Las mujeres y los niños suelen aparecer juntos. Los niños se presentan en el Antiguo Testamento como seres necesitados de conocimiento y reflexión; los ancianos son los sabios. La mayor responsabilidad de los padres es educar a sus hijos y hacerles crecer como personas justas. Un niño bien educado muestra la honra de sus padres. Muestra varios ejemplos en el libro de los Proverbios (Prov 1,1-4; 7,7; 22,15 ; 23, 13-14 ; 4,20-27…). La indeterminación en los nombres usados para dirigirse a los niños, tiene relación con la idea de que no se refieren tanto a la edad cronológica sino a la sabiduría que han adquirido.

Los textos de vocación de los profetas, como Jr 1,4-8, muestran un contexto polémico donde se cuestiona no la edad sino la autoridad, y expresan que la misión no es suya sino que la han recibido de otros. La respuesta de Dios no es que no sea un muchacho sino que eso no es importante, porque él sólo tiene que comunicar los mensajes que Dios le dé, y la autoridad le viene de Dios.

En varios textos se advierte del riesgo de tener gobernantes jóvenes (Ecl 10,16; Is 3,4-5) no por un problema de edad sino de falta de sabiduría; también que de niños no se puede elegir bien (Is 7,16) y que dejan la elección al adulto a través del cual Dios elige (Sal 131,2).

En varias ocasiones Israel se identifica con un niño (Os, 11,1) y la importancia de confiar en Dios. Mateo usará esta cita en el relato de la huída a Egipto de la Sagrada Familia. La acción de Dios y su alianza con Israel se muestra, aunque pocas veces, como relación paterno-filial de Dios con su pueblo. A veces se presenta a Israel como niños, cuando Moisés se queja a Dios por la falta de autonomía, de madurez, del pueblo que él tiene que guiar (Nm 11,12).

Esto muestra la percepción de los niños, que no es exclusivo de la Antigüedad Bíblica. En el Imperio Romano era habitual el abandono de niños al nacer y no estaba penalizada en absoluto. San Justino (S. II dC) lo denuncia (Apología 1,27).

¿De dónde nace el posicionamiento cristiano tan contracultural? Es significativo que la relación de Jesús con los niños sea tan diferente (Mc 9,36-37). Jesús habla de los niños justo después de decir que el que quiera ser el primero se ponga el último. El servicio debe incluir la acogida de los niños. También en Mc 10,13-16 se compara a los niños con la actitud que hay que tener con Dios. Los padres acercan a los niños a Jesús, seguramente para que les dé salud, y la reacción de los discípulos es retirarlos. Necesitamos hacernos pequeños, incapaces. Hay otra imagen referida a los niños (Lc 18,17) donde el Reino aparece como Buena Noticia, donde los niños son privilegiados para ese Reino. No es extraño que por ello los primeros cristianos, como el caso de San Justino, se posicionen a favor de los niños como hacía Jesús.

Concluye la profesora Angulo destacando cómo el modo como Jesús se relacionó con los niños es también ejemplo de la actitud que todos debemos tener para acoger el Reino y que, en una sociedad como la actual, es un reto para los cristianos aprender a depender de otros.

En el turno de preguntas se agradece la conferencia como punto de partida bíblico para el ciclo y se dan algunas opiniones y preguntas relacionadas con la evolución del concepto de infancia y de los métodos educativos y con el momento en el que se pasa a la etapa adulta y los métodos iniciáticos, las cuales muestran el interés en continuar conociendo cómo nuestra percepción sobre el mundo de la infancia ha ido evolucionando a lo largo de la historia. También se pregunta sobre la imagen de la infancia que tienen los judíos ortodoxos de la actualidad.

Cierra la conferencia el profesor Béjar anunciando que la siguiente conferencia será el próximo 23 de marzo y correrá a cargo de Antonio Muñoz, catedrático de Pediatría de la Universidad de Granada.



Ficheros Adjuntos